¿ No pueden comprender los trabajadores que, al trabajar en exceso, agotan sus fuerzas y las de su progenie que están extenuadas y, mucho antes de que les llegue el momento, son incapaces de hacer nada; que, absorbidos y brutalizados por ese vicio, ya no son hombres sino fragmentos de hombres que matan todas las bellas facultades de su interior para no dejar viva y floreciente más que la furiosa locura del trabajo?
Paul Lafargue, El derecho a la pereza (1883)
2 Comments:
At 8:43 a. m., Anónimo said…
Desde hace algún tiempo por obligación yo voy practicando "El derecho a la pereza".
No conocía el comentario de Paul Lafargue, pero creo que tiene toda la razón.
Un saludo
At 5:26 p. m., Seilgard said…
“ (...) Y es precisamente cuando el hombre ha achicado su estómago y la máquina ha agrandado su productividad, que los economistas nos predican (...) la religión de la abstinencia y el dogma del trabajo".
Paul Lafargue, El derecho a la pereza.
Insigne Marxista, su Obra, fue toda una premonición de lo que ha sido una de las reivindicaciones angulares del movimiento obrero, su derecho al ocio y a una vida digna.
Desgraciadamente sus sueños se truncaron por su suicidio en 1911 y por la evolución del marxismo, en el siglo XX... El derecho a la pereza, considero que es una de las prerrogativas más creativas que podamos hoy por hoy reivindicar.. . Que tu derecho a la pereza sea una realidad. Un abrazo.
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