UNA TARDE CASI PERFECTA
Cambiar de ciudad y entorno para colocar mis pensamientos, es algo que hago a menudo y más si tengo que tomar decisiones.
Así es que abandoné Madrid y sus 40 grados a la sombra, para irme a un sitio fresquito y cerca del mar. Rodeada de amigos queridos, me invitaban a sosegar mi mente y sobre todo mi espíritu.
Las noticias anunciaban tormenta, pero yo asomada aquel increíble ventanal, veía unos tímidos rayos de sol que me animaban a dar un paseo por el verde entorno. Me puse un chubasquero y decidida a tener una charla conmigo misma, emprendí el camino.
Mientras caminaba, el viento acariciaba mi cara, recordándome que no podía perderme nada de lo que veía. Los árboles me saludaban al pasar, mientras unas nubes muy negras empezaban a asomar en la lejanía. Paso tras paso, mi retina enviaba a mi cerebro todas esas imagenes que te regala la naturaleza cuando eres capaz de ver más allá de lo que tienes delante..... algo tan difícil de apreciar habitualmente.
Absorta estaba conmigo y disfrutando de una paz relajante, llegué a un acantalido, no demasiado alto, perfecto para sentarse y mirar el mar. Mar plomizo, algo alborotado, lleno de vida, rezumando alegria, aunque todo se estuviera poniendo muy gris......
No sé cuanto tiempo estuve allí sentada, pudieron ser minutos o tal vez un par de horas, hasta que las primeras gotas de agua me sacaron de mi ensimismamiento y mojando mi pelo me recordaron que debia volver a casa.
Volví sobre mis pasos, disfrutando de la lluvia (que tanto me gusta), sintiendola en mi cuerpo, disfrutando cada segundo con ella. Cuando llegué a la casa estaba completamente empapada, a pesar de llevar el chubasquero.
En el hogar me esperaban mis amigos con una cena, así es que me cambié de ropa y bajé a disfrutar de la amistad. Esa noche cuando me metí en la cama, con mis pensamientos en orden y mis decisiones tomadas, totalmente relajada, antes de dormirme pensé: "Casi una tarde perfecta, sólo faltabas Tu"
5 Comments:
At 10:05 a. m., Anónimo said…
Que saludable es cambiar de aires de vez en cuando, la lluvia también es un fenómeno que me agrada ya que es la fuente de toda la vida y recrearse con las imágenes que nos proporciona la naturaleza en otra de las delicias, que actualmente poca gente es capaz de disfrutar.
La tarde hubiera sido perfecta si hubiera estado ese Tu final.
Por cierto ya te había comentado a este post en el anterior, aún sin haberlo publicado este.
Besitos
At 8:55 p. m., Anónimo said…
Allá, en las tierras alta
por donde traza el Duero
su curva de ballesta
en torno a Soria, entre plomizos cerros
y manchas de raídos encinares,
mi corazón está vagando, en sueños..
¿No ves, Leonor, los álamos del río
con sus ramajes yertos?
Mira el Moncayo azul y blanco; dame
tu mano y paseemos.
Por estos campos de la tierra mía,
bordados de olivares polvorientos
voy caminando solo
triste, cansado, pensativo y viejo.
LA ESPARTERA
At 6:27 p. m., Raki said…
Espartera: Un honor tu visita... Gracias
At 11:42 p. m., Anónimo said…
Salvo días ingrávidos, ajenos,
varios años gastados conforman una vida.
Fueron tardes sin peso las de ir a mirar
un campo, bordeado por un río
como una alfombra cara a lo largo de un tiempo
de ancianos extranjeros y aire indemne.
Muchas bolas de golf iban al río.
Hablar de horas felices y horas tristes
es fácil ajedrez de la memoria;
no sé si fui feliz. Hay aprensiones,
panoramas mediocres que recuerdo
como una sombra larga y apacible
de los días mejores del pasado.
Encontré este poema que escribió Álvaro García y que se titula Campo de golf, pensé que te gustaría, aquí lo dejo.
Saludos.
ijotamm
At 5:15 p. m., Raki said…
ijotamm: gracias por el poema, sabes que me encanta el golf, aunque ahora no lo practique por un problema de espalda....claro que me gusta, saludos
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