golfista

jueves, julio 27, 2006

EL CÓDIGO DA VINCI
Hace unos días, estuve viendo la película "El código Da Vinchi", no voy a decir nada de ella, ni del libro, ya se han encargado los medios de saturarnos con ese tema, pero si quiero decir que hay una imagen que sale en repetidas ocasiones en la película que me llamó poderosamente la atención.
Soy una enamorada de Paris y he viajado a esa ciudad en repetidas ocasiones, excepto en mi primer viaje (precario a más no poder), en todas ha sido de rigor hacer una visita al Musee du Louvre. No es que sea una entendida en arte, pero disfruto plenamente cuando algo me gusta y ese museo tiene un encanto especial. El Palacio donde se ubica, su entorno, las obras expuestas.... es una auténtica gozada recorrer sus galerias disfrutando en casi todas ellas.
A lo que iba, que me disperso enseguida, la primera vez que visité el museo y vi esa pirámide de cristal allí en medio pensé: "como desentona esa pirámide en semejante entorno". Una pirámide de cristal..... perfecta, en medio de lo que fué un Palacio construido en el siglo XVI, de un claro estilo del Renacimiento Italiano.
No sé porqué razón no me gustaba nada, sería que a mi modo de ver las cosas, queda mucho mejor lo antigüo con lo antigúo y lo moderno en otro sitio. La cuestión es que cuando vi la película, la imagen de la pirámide sóla iluminada, sin ver el entorno y de noche, me hizo cambiar de opinión radicalmente. Su belleza, su perfección..... me cautivaron desde la primera imagen, tanto es así que en repetidas ocasiones paré la película para poder disfrutar de su visión. Jamás pude imaginar que me fascinara algo de esa manera y mucho menos viendo una película.
Hoy puedo decir que estoy plenamente segura que la próxima vez que vaya Paris (espero no tardar mucho) cuando visite el Louvre, seguro que esa entrada al museo la veo con unos ojos y sobre todo con una mente completamente distinta.

sábado, julio 15, 2006

Allí arriba al abrigo de las montañas,
al arrullo de los altos ríos,
junto al fuego y la guitarra,
allí sin tuyo ni mío,
allí tocando el cielo,
se abre el bosque,
se juntan nuestros caminos.........

martes, julio 04, 2006

Hay mucha belleza,
mucha verdad y amor a nuestro alrededor,
pero muy pocas veces nos tomamos las cosas
con la suficiente calma para apreciarlos,
como para darnos cuenta.
A veces hace falta
que suframos una gran pérdida
para recordar la belleza y el amor que nos rodean,
pero solemos olvidarnos pronto y caer en la rutina.
Tomemos las cosas con calma.
Gocemos de los frutos de este magnífico jardín.
Este mundo se te entrega
como un jardín de gran hermosura.
Si no gozas de sus frutos
reduces su belleza.
Brian Weiss