golfista

martes, mayo 19, 2015







    El ángel bueno

      Vino el que yo quería
      El que yo llamaba.
      No aquel que barre cielos sin defensas.
      Luceros sin cabañas,
      Lunas sin patria,
      Nieves.
      Nieves de esas caídas de una mano,
      Un nombre,
      Un sueño,
      Una frente.
      No aquel que a sus cabellos
      Ató la muerte.
      El que yo quería.
      Sin arañar los aires,
      Sin herir hojas ni mover cristales.
      Aquel que a sus cabellos
      Ató el silencio.
      Para sin lastimarme,
      Cavar una ribera de luz dulce en mi pecho
      Y hacerme el alma navegable.
      (Rafael Alberti)