Este año, mi última semana de Agosto, vuelvo a Galicia, para hacer mi seminario de taichi anual. Me apetece mucho, este año es todo distinto, desde que estoy mucho más preparada, aunque me he ido hacia atrás en la tabla de espada, por tema de perfeccionamiento, hasta disfrutar con mi nueva maestra con la que he aprendido mucho más que en todo el tiempo que llevo haciendo esta práctica.
El día 24 recojo a mi amiga Yola que viene de Cerdeña y tiramos millas juntas a Pontevedra, me apetece verla, el año pasado tampoco vino, así es que estoy deseando darle un peazo abrazo. Tengo claro que me hará parar por lo menos 25 veces, que tía, pero me río mucho con ella, además de quererla un montón. Tardamos 8 o 9 horas, con tanta paradita... ya me estoy haciendo a la idea.
A partir de la llegada, comenzamos el seminario, al amanecer y al atardecer, nos levantamos a las 5:30 de la mañana, yo me levanto a esa hora, porque soy incapaz de no desayunar, los demás apuran hasta el último momento, en el sitio donde nos hospedamos a esas horas no dan desayunos y la maestra china dice que es mucho mejor sin tomar nada, pero yo por las noches me compro en la cafetería un par de cafés que meto en un termo y un par de madalenas y bajo a la ría desayunadita, de 6 a 10 por la mañana y de 6 a 10 por la tarde. El tiempo que queda libre pues nos movemos por los alrededores, unos se van a la playa, otro a un balneario que hay, otros a la Toja, depende de lo que nos apetezca.
Los dos primeros días son duros, unas agujetas en sitios insospechados y mucha falta de sueño, lo mejor la vuelta, con 3 kilos menos y dura como una piedra, eso sí, según llego a Madrid, las ojeras me las piso de lo poco que dormimos, pero da igual merece la pena.
Este año además de volver a ver a mucha gente que conozco desde hace años y que sólo nos vemos allí, coincido con la sis que va a navegar a Bayona.. así es que mucho mas encantada todavía. En fin, ya contaré mi experiencia a mi vuelta. Felices vacaciones a todos.